jueves, diciembre 28, 2006

Actualizando a Fastidio (no, sexo no, chicos)

Para los que querían tener noticias de Fastidio* aquí van:

Sigue con el mismo novio que "la ama" (según lo declarado a través de la pared que linda con nuestras vidas) y que ella "no lo ama" (ídem paréntesis anterior)

Se compraron un country, o sea: extrañamos a Michael Jackson, el pianito del Corto, pero no así a los gritos caprichosos y portazos de la Diva.

Adoptó un nuevo perrito, más apropiado para cerrar el look impecable de diva hollywoodense (anoréxico y antipático). Creemos que el labrador murió de marasmo.

No abonan expensas. Me enteré (no porque sea chusma...) porque me llegaron las suyas por error de la persona de magno coeficiente intelectual que confunde "D" con "C", casi me da un síncope al ver la cifra, pero luego registré el nombre y le dije a Dr. Love "acompañame a pedirle las nuestras", "no me animo", me contestó el muy tímido, sólo atinó a quedarse escondido en el pasillo, creo que teme por sus tímpanos. Golpeé (su timbre no andaba), preguntó quién era con ese tono tan característico de niña mal mimada, se me ocurrió un "tu vecina", muy onda Doña Rosa, me hubieran adornado bien una escoba y ruleros.
Como toda estrella rutilante que se precie de serlo mandó a su lacayo a la voz de "andá vos, nene", el Corto*. Dicho tunante abrió la puerta, con semblante de marihuanesco desoriente, pero más de haber transitado una específica frontera intelectual durante varios años. Le expliqué la confusión de expensas y el desconfiado, no entendía "dos más dos, cuatro-le expuse cansina-estas que tienen tu nombre: tuyas y, probablemente, las que tienen el mío sean las mías, valga la redundancia..." "ehhhhhh (más un "uh" de Homero Simpson) voy a ver si las tengo". Larga espera en el umbral mientras el perrito anoréxico me observaba ofendido por invadir el feudo majestuoso de su dueña. Luego de varios minutos similares a años, aún cavilando en actitud introspectiva, el Corto pateó al pequeño injerto hacia un corner y, no sin desconfianza, al fin pudimos intercambiar papeles. Les confieso: creí que nunca sucedería.

* Fastidio: Diva Hollywoodense, edad incalculable. Mohines caprichosos, acopio importante de abstinencia sexual, novio como objeto fóbico o parte de relación sado-masoquista. Nena de "popá". Hermano esclavo, amigo del novio rechazado-atraído-rechazado (fort-da eterno). Padre dominado, madre inexistente.
*El Corto: Herma-lacayo de Fastidio. Edad, incalculable. Adorador de zapatillas nuevas que chillan al caminar cual Astroboy (según lo re-apodó Dr. Love, que veía semejante añejitud). Incursiones breves en coreografías de Michael Jackson, y partituras simples de piano (happy birthday, felíz en tu día amiguito, etc). Cara de desconfiado o de "corto", aún no precisamos.

2 comentarios:

Cruella De Vil dijo...

Confieso que ya extrañaba saber de su vecina.
Eso sí, no le permito que la proclame Diva.
Que acá Divas, somos pocas, eh?
Bráse visto semejante desfachatez!
Chinita andrajosa que no garpa expensas, no merece tal título.
He dicho!
>=(

Vera Finkelstein dijo...

Cruella: Ud. tiene razón!!! Cómo se me ocurre semejante aberración, las Divas tienen sus cuentas en orden, es más: se ríen de ellas!
Disculpe el error!
Besos