domingo, agosto 21, 2005

El sacabocados de la vida

Continuando con la modalidad gastronómica, he decidido llamar así, "el sacabocados de la vida", a aquellos sucesos que nos sorprenden en medio de nuestro recorrido vital, y nos dejan en bolas, sin interlocutor a quien putear. Verán, Selma hace un mes aproximadamente, decidió derivarme un paciente, por supuesto a mi consultorio particular, acepté de buen grado ya que se trataba de un adolescente, conflictuado por nuevas elecciones en su vida, bastante interesante por cierto. Esperé el llamado de su madre, quien, a su vez, es paciente de Selma. Pasaron dos semanas, y nada. Pregunté en dos oportunidades a mi colega qué sucedía, ella me dijo que estaban en vacaciones de invierno y que probablemente luego de ellas, los padres decidieran solicitar la entrevista. Me quedé conforme hasta que, hace una semana, Selma me comenta que, la analista del padre del púber había sugerido una derivación a un analista masculino como una opción más conveniente (dado el sexo del niño...varón con varón: match!), lógicamente la madre le relata este hecho a Selma y ella, atinadamente, sugiere que le pregunten a la futura víctima. El, tan copado como me lo imaginaba, respondió que, no le importaba el sexo, sino que fuera una persona coherente. ¿Qué sucedió entonces? Mis queridos amigos, por cierto fue derivado al analista o terapeuta (despectivamente hablando) masculino que la perra de la otra psicóloga sugirió. Ahora bien, los que estamos en la profesión sabemos cabalmente que el sexo del analista no es importante, que todos los fenómenos que se tienen que dar en un posible tratamiento se dan independientemente de este factor, entonces ¿qué hizo esta perra de mi colega? Bien amigos, ella birló a mi futuro paciente, instalando la duda del sexo, y si se quiere, y vamos más allá, en una actitud sexista, desestimatoria y fuera de la ética profesional. Si ella por casualidad pudiera leer este blog, le dedicaría lo siguiente:
"Perra sucia que robás pacientes: en tu pequeño mundo de varones y mujeres no tenés idea lo que significa un tratamiento, y beneficias al sapo de tu partenaire, novio, amigo, colega, paciente (o el que sea) a desmérito de tus colegas, no merecés espacio vital en esta profesión, y ni siquiera sos digna de haber transitado (si es que lo hiciste, lo cual francamente dudo) los escritos del distinguidísimo Dr. Freud, y por si en algún momento de casualidad o por un accidente, lo hiciste, sabrás que, gracias a nosotras, las mujeres, él pudo comenzar a pensar en algo, llamado psicoanálisis. Forra." He dicho.
Volviendo al título de este post, ésto ilustra, creo que inequívocamente, lo que hace la vida, si es que de hecho osamos responsabilizarla (noten que vida, es un sustantivo femenino, por cierto): tenemos un boleto, lindo, limpito, estirado, de colores, recién sacado en la boletería y sácate...viene algún tarado a sacarte un bocado.

6 comentarios:

Unknown dijo...

No te preocupes, Vera... sólo es cuestión de esperar el dichoso día en el que Selma deba mostrarle su propio boleto de vida a "El Guarda" (Si Matrix lo denominó "El Arquitecto" no veo por qué yo no pueda hacer lo mismo). Por lo pronto, como anfitriona de Alighieri y su Dante, deberías haber notado que "Selma" está incluida en la frase "Es el mal"

Vera Finkelstein dijo...

Querido Blogudo:
Me encanta que haya leído mi columna, pero creo que ha habido un error en su interpretación de la misma, verá: Selma me deriva al paciente, la psicóloga del padre del mismo es quien lo birla. Igualmente creo que su fallido no se aleja tanto del blanco, Selma despierta en mí, sentimientos contradictorios, pues realiza actos contradictorios. Por otro lado, me agrada el anagrama del nombre que usted descubrió, a pesar de que el mismo fuera elegido en base a las hermanitas Bouvier (se escribe así?) por varias similitudes, entre ellas, fumar sentadas eternamente. En cuanto al arquitecto, me encanta que haya traído esta referencia de la Matrix, aunque me gusta el boletero, es que la suerte reparte varios roles, entre ellos está él.
Besos Mil
Vera

Unknown dijo...

Claro que entendí mal... si no, no sería merecedor del término "blogudo"!!! Pero si me permitís, me gustaría hacer una defensa de mi confusión... ¡¡¡Porque en realidad acá no hay birlador!!! (paso a explicar):
El padre consulta con su analista mujer (acá ya hay doble mensaje, si es que el padre sólo cree en la terapia "homosexual"), quien deja en libertad de acción al joven, ante lo cual es enviado a un terapeuta hombre, por preferencia de su padre. Entonces, como bien me corregís, es cierto que Selma no birló (primero porque ella fue quien derivó, aunque es tan perra que quizás lo haya hecho sólo para verte sufrir sabiendo de antemano que el padre no quería una analista mujer), así como por ese mismo motivo la terapeuta del padre tampoco podría haberlo hecho (aunque podría haber direccionado hacia una terapeuta mujer, caso en el cual sí te hubiera afectado si ella misma no hubiera decidido quedarse al paciente). Facilísimo, no? Bueno, si no lo entendiste, no te preocupes... en realidad yo tampoco entiendo lo que escribo, pero el doctor dice que estoy bastante mejor, y que pronto voy a poder salir a jugar al jardín con mis compañeros.
Besos!
El Blogudo

P.D.: Era claro que Selma era por las hermanas Bouvier de los Simpsons, pero de todas formas, convengamos (y va otra defensa mía...) que la elección de ese personaje denota poco afecto, y hasta un poco de odio. Además, esa manía de buscar conceptos en los nombres es mucho más fuerte que yo: por ejemplo... Si vos sos analista, era lógico que te llamaras "Vera", dado que la primera frase que siempre lanzan los terapeutas después de mis "speeches" comienza con: "Verá que...".

Vera Finkelstein dijo...

Blogudísimo mío:
Veo que sigue sin entender (a esta altura, creo que no entiendo yo), pero igual, se lo explico en gráficos:
analista del padre: birladora
analista de la madre: Selma-derivadora
adolescente hijo de ambos analizandos: a la deriva, derivado por birladora a analista macho, varón, hombre, etc.
Ahora bien, no está mal lo que usted plantea (en tooooda su confusión) ya que los actos fallidos tienen su razón de ser también. Usted dice que el padre se analiza con analista mujer, todo bien ahí, entonces ¿por qué recomendarle a su primogénito una versión del mismo sexo, siendo esto algo que él no elige para sí mismo?. Quien deja en libertad de acción al joven es Selma, quien instala la duda del sexo es birladora, lo cual corre a su favor, seguramente sea un analista colega, amigo, novio, etc, el que atiende actualmente al joven.
Sobre las elecciones de nombres: también más fuerte que yo, coincido.
Espero que al fin haya comprendido tamaña confusión y pueda dedicarse a lecturas futuras.
Saludos, nos vemos en las hamacas (si es que me dan el alta a mí también)
Vera

Unknown dijo...

Yo creo que, por una vez, entendí bien (aunque a esta altura lo considero anecdótico): birlar significa robar, y acá nadie robó (la analista paterna instaló la perspectiva de un analista masculino, pero no hay pruebas incriminatorias que confirmen que ella se haya visto beneficiada directamente).
Por eso, permítame instalar una duda: ¿no cabe la posibilidad de que la recomendación de la analista paterna haya sido bien intencionada? Por supuesto que comparto su desconfianza al respecto (dado que la analista da un consejo que ella misma no sigue) pero cabe la remota posibilidad de que se escude en el hecho que no es lo mismo un paciente adolescente que uno adulto.
Reflexiónelo, estimadísima Vera, puede estar enlodando a un colega
con suspicacias infundadas.
De todas formas, como usted bien aconseja, proseguiré con la lectura de los nuevos posts en busca de más tormentos para mi débil psiquis.
Mis más respetuosos saludos,
El blogudo.

Vera Finkelstein dijo...

Claro que sus hipótesis son bastante coherentes, y me he preguntado acerca de ellas, pero debo, lamentablemente descartarlas, y le explico por qué:
1) Me derivan al niño, por ser "especialista" en esta edad (léase especialista sin opción de género)
2) El dispositivo psicoanalítico no depende del género del analista, es decir: a efectos de la técnica, el procedimiento se da igual, se trate del sexo que se trate, y eso, mi querido lector, debería saberlo nuestra colega que metió cuña (por no decirle birladora)
3)Ahora bien, hay algunos analistas pelmazos, que creen que, "la función paterna" sería una prerrogativa exclusiva del sexo masculino, o quizás esta peluda colega piense que, bueno, "que el chico necesita una imagen masculina,pues quizas la del padre sea débil blabla", o alguna boludéz de esas de la revista para tí...lo cual tampoco está copado porque su paciente es el padre, ¿qué dice ella entonces de él con este gesto?
Siendo, además, ella su analista. Con lo cual es todo muy suspicious minds.
4) continuación de la 1), siendo la derivación con recomendación específica de la especialidad e idoneidad ¿Ella no debería confiar en esta posición en vez de renegar de ella y ofrecer otras condiciones las cuales no justifica adecuadamente? Dada esta consideración, lamento comunicarle, mi estimado amigo, que es ella quien "enloda" a sus colegas, desestimando la idoneidad, capacidad, especialización, etc., a cambio de género. Obviamente que esta señora no pensó "voy a hacer esto, porque después dará esto, uno mas uno dos y blablabla", sino que operó desde su ser directamente, inclusive,y si vamos más lejos, desestimó a Selma, quien deriva inicialmente, y hasta me hace preguntarme si no le da con un caño a la analista de la esposa de su paciente, como forma de desvalorizar el tratamiento que ella realiza y......en fin, son muchas las opciones que refutan su locuaz hipótesis, debo, lamentablemente, descartar sus argumentos, y dejar que el lodo de la verdad se escurra por el cuerpo de la susodicha.
Igualmente gracias por sus aportes, Blogudo, como siempre, muy agudos por cierto, con una pizca de humor, tan suya, que les dan el balance perfecto...
Cheers