martes, septiembre 06, 2005

The look

Ayer pensaba que si me dieran a elegir entre quedarme sorda o ciega, preferiría sorda, curiosa elección, para una analista, que suele escuchar y decir. Pero sigo pensando que mirando se obtienen más datos...la mirada es implacable.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cada vez que creo detectar un error en un post suyo (cosa que rara vez ha sucedido) tiemblo, porque sé positivamente que eso es el comienzo de una serie de aclaraciones y refutaciones que sólo logran aumentar mi inseguridad e instalar la duda de si habré entendido algo.
De todas formas, me permito señalar algo que me confunde:
a) Usted dice que elegiría quedarse ciega.
b) Que eso es paradójico en un analista porque debe escuchar -y hablar- (sería paradójico si eligiera la sordera).
c) Y que, como conclusión, dice que lo que obtienen las miradas dicen más que las palabras.
d) Entonces, la elección que parecería haber preferido es la sordera. ¿O me equivoco una vez más?

Besos!

P.D.: Su humildad me preocupa. El post "Ayacucho 1615" estuvo a punto de llamarse "Una tarde en el consultorio de la Lic. Vera Finkelstein", pero pensé que ese título no era 100% fiel al texto. Por eso, la elección del nombre de la analista (ni el sexo de la misma) no fue un robo, sino un homenaje adrede. Sé que lo sabe, pero de todas formas no pienso privarme del placer de decírselo.
P.D.2: Para que no le quepan dudas, una copia de la post-data escrita unas líneas más arriba está publicada en el post correspondiente en mi blog, para que todo el que lo lea lo sepa.

Vera Finkelstein dijo...

Como diría mi abuela: "qué haría yo sin vos!"...
Tiene razón fue un error, no una dificultad en su entendimiento (respiración aliviada...ahhh), pero creo que más que todo fue un acto fallido: mi mecanismo de defensa favorito es la ceguera...
Debo decirle, que me he reído mucho con su aclaración de recién, vuelvo a leerla y a reírme.
No se preocupe por "Ayacucho 1615", me encantó el post, no me explique más hombre, fue un comentario insignificante el mío nomás, es que me dejó sin palabras...