viernes, abril 07, 2006

Misterios y obsesiones de Ella Burg (parte I)

Si algo vale la pena es escuchar a Ella Burg, eso por no decir olerla. Mientras presto atención, sus palabras se mezlan y confirman todo lo sostenido con certeza propia proveniente de la máxima experiencia. Aquella tarde, fue más larga la conversación, más bien monólogo, me corrige mi memoria. Me decía "Apurada entré y probé. No sé si lo elegí por su nombre o porque al instante me recordó a una mezcla de flores blancas, rosas, azahares, jazmines y madreselva, algo de una infancia que no tuve o que me prestaron...Se llamaba "Murmure"... Cuando llegué a casa, no quise, era muy pronto...pero al otro día...al otro día, dale con todo. Nunca se repitió la primera experiencia de jazmines y azahares...era una masa dulce, obsoleta, pesada y tan cara como una dulce masa obsoleta y pesada...Desistí de él, lo dejé ahí, para el recuerdo o qué se yo...quizás algún día me sentara bien...pero ese día nunca llegó...."
Con el café vino toda mi atención hacia Ella, y ella es de las que cuando empieza un tema debe terminarlo..."Estaba obsesionada con el de de mi analista, como el personaje de Suskind, buscaba, examinaba...siempre el mismo, y una mujer que usa siempre el mismo merece mi absoluta curiosidad y devoción, hay que poder sostener-aquí subrayó con sus cejas-siempre el mismo. No me atreví a preguntarle, pero estaba ahí, entre nosotras, como un tercero inmiscuyéndose en su persistencia, y vos, que me conocés, sabés bien que no desisto...La respuesta se hizo esperar, como toda buena cosa en este mundo y surgió en un accidente muy a pesar de mi investigación masiva. Por casualidad me invitaron a una fiesta, tomé de más y tuve que ir al baño, un pequeño refectorio en los confines de la casa, como para desagotar angustias nimias. Lo mío no era así nomás, era una descompostura torrencial, de esas, que tienen parte dos, parte tres, remake y epílogo...Bueno, luego de tratar de desahogar semejante vendaval de restos me dirigí al lavamanos, y ahí, tres frasquitos vacíos mirándome, incitándome, pudiéndome...Descarté el primero, esos labios azul topacio no le llegaban ni a los talones a Dalí, el segundo, bueno, veneno de los años ochenta, pero el tercero...el tercero lo había visto en todos lados, pero nunca habría pensado que el destino nos juntaría en ese sucucho destinado a principiantes cuya puerta, con personalidad debo reconocerlo, se negaba a cerrar en forma simétrica. Lo tomé, me apuré estrechándolo con una sola mano como quien lleva un grial o el testimonio en una corrida...Era él...

Esta historia sigue y no se espanten...Ella Burg da para más.

7 comentarios:

Noe dijo...

Guau nena estás largando una producción muy buena de textos! Quiero masss! Besos!

sauria es una mutante! dijo...

flores, rosas, azahares... Tresor? Poeme? mis preferidos!?

che, eso que te pasa, además, se llama sinestesia. Es fantástico poder oler la música, me imagino. Yo no la huelo, la veo, muchas veces.
Pero sí es cierto que tengo una terrible memoria olfativa, un aroma me remite en un nanosegundo a toda una situación o sensación que pude tener en algún momento pero que no podría describir.

dale, seguí, tengo curiosidad por el perfume :)

besos!

Leandro Fernández Miró dijo...

no suelo disfrutar de la música en sí misma, lo que supone una carencia a ojos de muchos, pero sí disfruto los espacios que se crean cuando hay música y seres enlazados, me acabo de dar cuenta al leer esto, que por cierto, sí dusfruté en si mismo

Vera Finkelstein dijo...

Noe:
Gracias Hadita, ya vienen....

Sauria:
Es verdad lo de la sinestesia, es todo el tiempo como le pasa usted, qué sincronía!...ya sigue

Leandro:
Bienvenido.
Me alegro que lo haya disfrutado...Es curioso que usted y Sauria hayan sentido música, está bueno producir algo en el otro sin proponérselo...
Besos

sauria es una mutante! dijo...

jajaja! es cierto, me puse a releer y en ningún momento dice "música", qué se yo, a mi me pareció música...

(no sé si es sincronía, es más vale alguna cuestión subjetiva que me hace identificar con vos, será el aura-psi que irradiás?)

Vera Finkelstein dijo...

Sauria:
jajajaja...me pregunto qué hay de psi en usted, salvo su propia psi (que es más buena...), yo la creía más del ámbito de las letras...

sauria es una mutante! dijo...

No, no, no, Vera, cómo se vuelve de complicado esto de las interpretaciones con los "loqueros". Me refería a la identificación como me pasa con MI psicóloga que todo-lo-sabe, a la cual admiro mucho porque, por supuesto, sino no podría hacer terapia con ella.

Homero estaba por comprarse una remera para usar en sus horas libres que dice "No te voy a arreglar la computadora", creo que vos tendrías que tener un cartel que dijera "No te voy a arreglar la cabeza" y dar por sentado que ya no nos preocuparemos por estas cosas, jajajaja!

Yo tendría que usar una que dijera "No te voy a realizar un análisis crítico de la obra literaria que propongas" y ahí sí que la gente lloraría desconsolada :(