domingo, abril 23, 2006

Perdida en Dulcísima Sevilla

Me puse a pensar en la gente de España que visita Alighieri, se ve en la estadística...¿Qué harán aquí? ¿Buscarán a ese Italiano Dante que me robó la idea? ¿Se habrán equivocado googleando?...¿O sí les interesala tragicomedia de este recinto?. Si es la última opción, estiren los ojos, porque ésta va para la gente de España.
Fui en el año 1999, en compañía desastrosa (como dice el francés de Muñecas rusas: la pareja que elegiste se prueba en un viaje...en fin). Pero España, no pudo nublarse. Fue en Abril, primero Madrid. Mañanas como la de hoy quizás me inspiran el recuerdo; la Gran vía para caminar y tomar café, mendicar "bocadillos" cerca de la Plaza Mayor. Parque del retiro con sus peces hambrientos y una isla que posee un trozo de Roma a mis ojos, el partido del Real Madrid (contra no se quién, porque alentaba al Real) En el entretiempo la gente saca de sus heladeritas las poderosas viandas de papel metalizado, come tranquila y charla ¿otro planeta?. Caminé por las calles angostas de Toledo, ví alcázares. Museo del Prado, lo clásico: dolor de piernas y foto prohibida con la maja en sus dos versiones.
Pero la verdadera historia fue perderme en Sevilla en plena feria de Abril. Es una época en que todos los que viven allí se visten con trajes típicos y bailan, en tiendas improvisadas, las sensuales danzas folklóricas imposibles para mí y el patadura detestable. Me perdí porque nos peleamos (una en un millón de peleas, je) en la puerta del hotel, recién llegados. Salí disparada por una calle, cuyo nombre no recuerdo. Pasé la plaza de toros, todos iban en carruaje, había corrida. Llegué hasta el Guadalquivir. Enojada y sin aliento me detuvo. Lo miré, tan distinto... Me dijo este secreto "Niña, ese hombre que tu tienes no es pa´tí. Te esperan tiempos mejores". Lo escuché bien y nos despedimos. En media vuelta de cuerpo la otra absurda verdad me dió en las narices: no sabía el nombre del hotel en que estábamos ni el teléfono, no tenía una peseta, ropa y documentos en las valijas cerradas aún sobre las camas del hotel y, por supuesto, no usaba celular. Busqué. No había rastros que indicaban la pista, esta Gretel no dejaba migas de pan, ni rastros del fronterizo Hansel. La otra gente vagabunda conocía, admiraba, algunos grupos charlaban en voz alta mientras devoraban las tapas del día, sevillanos solitarios se enamoraban de sus guitarras en los bares pegados, pidiéndole al sol un rato más.
Estaba ahí, inmóvil, sin herramientas de contacto. "Podría vivir acá" me dije.
Ni una sola piedra del empedrado hacía la difencia en el camino, ni la fuentecita donde todos se sacaban fotos. ¿Qué haría? ¿Vagar hasta la noche? ¿Sentarme a la orilla del hablador a esperar ser encontrada? ¿Recorrer febrilmente para encontrar algún hotel colonial que se pareciera? ¿Declararme perdida y llorar como un niño?...

7 comentarios:

Noe dijo...

Ok, me resigné a la espera. Pero un día de estos me rebelo, y ahí si, agarrate!

(Naaa...)

Unknown dijo...

...y ese hombre fue pa´ti?

Yo me hubiera hecho invitar a cenar por algún sevillano. Me meto en un bar, tomo hasta que las costillas dicen basta (de reír) y vuelvo a pasear por los rincones más iluminados de la ciudad hasta encontrar algún club.

Nocturno, claro.

sauria es una mutante! dijo...

si, yo hubiera hecho lo mismo que el Funes. Con unas copas de más Sevilla debe ser mucho más amigable...


dale nena, desembuchá el final!

Vera Finkelstein dijo...

Noe:mueje...je (Cruellis dixit)

Funes:
Mi adorado...Ese hombre no fue pa´mi, pero le aseguro que la remé. Esa sugerencia estuvo muy buena, lástima que tenía varios años menos, hoy día: agarrate catalina, no queda ni medio sevillano (que punto y coma:están chulísimos!)

Sauria:
No se haga la cancherita, y Homero qué?
Ya viene el final!

Leandro Fernández Miró dijo...

precioso

Cruella De Vil dijo...

Verita:
Yo apoyo al tal Funes.
En el buen sentido, cheee!
En el otro, también.
MUEJEJEJE (y le voy a pasar factura por derechos de autora, caracho!)
Me hubiera empedado y al cuerno con el hinchaquinotos aquel!
Además, el acentito ese que tienen... hmmm, me puede.
=P

Vera Finkelstein dijo...

Leandro:
aprecio sus sensibilidad,gracias!

Cruellis:
Habrá notado que siempre que río de esta forma la nombro a usted, respeto sus derechos de autor! No me cobre!