"Ciudad extraña... de mi pasaoooo..."
Ella Baila Sola
gracias a Noe
Corría y lloraba.
Odiaba las callecitas empinadas y angostas que antes había admirado en Toledo. "Tengo que dejar de fumar...Dios si salgo de esta te prometo...". Ahí estaba de nuevo el depravado...
-¡Mirá!- Apareció de la nada sonriendo, mostrando orgulloso su colgajo rosado.
Alcancé a gritarle ofendida un ridículo- ¡Idiota!- mientras corría en otra dirección. No entendía cómo en las películas las mujeres asustadas gritaban desaforadas, no me quedaba ni un gramo de voz para sacar de adentro. Estaba cerca del muelle y ya aparecían casas bajas que descendían en el empedrado, tendría que tomar una decisión: o entraba al pueblo o seguía corriendo hasta el puerto. Igualmente a nuestro amigo le encantaban las sorpresas, y surgía como pesadilla; de la nada e inexplicable. Estaba a mi favor que los pantalones por las rodillas no permiten mucha destreza, pero ahí estaba de nuevo: como un payaso de la caja, sonriendo y mostrando su tesoro...
En medio del espanto divisé a un grupo de dos chicas y un pibe, que iban cantando en inglés bajando la calle por la que yo corría, directo a ellos. Me aproximé sintiéndome salvada.
- ¡Ayúdenme! Help me!- Se acercaron. Una rubia tetona, cara de alemana, otra de pelo oscuro y ojos azules, el chico iba en el medio abrazado a las dos.
-¿What´s the matter?(¿Cuál es el problema?)- me dijo la tetona intentando consolar mis lágrimas con su pechuga.
- I had a fight with my boyfriend, he left. Im looking for him, I was walking towards the harbor..and...and (Tuve una pelea con mi novio y lo estaba buscando, y....)- ¿Cómo explicaba en inglés que un depravado maldito insistía en mostrarme su sobrevalorado pene? - ¡A man came out of nowhere, naked! ¡He is following me! (¡Un hombre desnudo salió de la nada y me está siguiendo!)-
-¿ Where is he? (¿Dónde está?)- me preguntó insistente el chico al cual le había interrumpido su prometedor "menage a trois". Comenzó a buscarlo (¿querría sumarlo a la fiesta?) como héroe de acción bien dispuesto.
Las chicas decidieron abrazarme entre las dos, sentí el cálido refugio como lo mejor del día, quería quedarme con ellos, lo que fuera antes de volver a tener que caminar las penosas e infinitas cuadras nuevamente.
-¿ Where are you staying? (¿Dónde estás parando?)- Preguntó la de ojos azules que no dejaba de acariciarme el pelo.
- In the Sol Meliá Hotel, I think is thirty blocks from here, I´ve been walking all night (En el hotel Sol Meliá, creo que está a treinta cuadras de acá, estuve caminando toda la noche...báh... exageré... un poco)-Temblaba y encima debía practicar mi oxidado inglés de instituto.
Decidí volver al hotel, pero no tenía un centavo (normalmente sucede cuando: 1) sos pendeja 2) salís con un psicópata que quiere dominar todos los aspectos de la relación, incluso y sobre todo: la guita, aunque sea tuya también 3) sos una boluda y salís sin un mango)
El inglés regresó desanimado, sin éxito, de la búsqueda, nuestro amigo había desaparecido misteriosamente.
La tetona sacó una pesetas, llamó a un taxi en la avenida cercana y me metí intentando mostrar agradecimiento por sobre el miedo. Lamenté no pertenecer a ese trío cariñoso y olvidarme de todo, lamenté no estar en Buenos Aires, siempre por donde caminás hay alguien o, por lo menos, los depravados son de la misma nacionalidad.
Cuando llegué al hotel descubrí una taza de café en la baranda del balcón al que daba la puerta de la habitación. El resto de café que quedaba estaba tibio. Me sentía Hércules Poirot tratando de conseguir las pruebas del retorno del imbécil. Pero, si lo había hecho, seguramente se había vuelto a ir: la habitación estaba como cuando la dejé. Sólo me tiré en la cama y comencé a llorar desconsolada, era una descarga, las imágenes pasaban rápido: el boludo gritándome y cerrando la puerta, el depravado; su aparición y desaparición abrupta... Estaría en algún rincón masturbándose con la imagen de la estúpida caminante que le gritó "¡Idiota!". En lo mejor del deliro desbocado entró. Su preocupación se transformó en enojo cuando no le respondía qué me pasaba y seguía llorando. Traté de coordinar las palabras...
- Un tipo....
-¿ Un tipo qué?....¡Vera! ¡Decíme! ¡¿Te hizo algo?!....- Gritaba desaforado, nunca había conocido a un gritón de su talla...
-Nnno...Era un exhibicionista- estaba sobándome las lágrimas, imaginaba mi naríz, colorada e hinchada.
- Eso te pasa por....- Ya venía el sermón.
- Me asusté, te fui a buscar...
- Vos estás loca...Salir a caminar. ¡Esto no es Buenos Aires! (chocolate por la noticia) ¿No te diste cuenta de que no hay nadie en la calle? ¿Eh? Todos van en auto, es peligroso andar por ahí, a esta hora.- No cedía. Seguía enojado.- ¿Y si te violaba? ¿Qué hubiera pasado con nosotros, con el viaje?- -Ya sé...
-Salí a buscarte, dos veces, fui hasta el muelle, viene par acá, me tomé un café, y volví a salir.
-Ya lo sé, me pareció ver el auto, dos veces...- Lo abracé. Frío, frío.
-No te vayas más, yo sé que me enojo, pero me dura un minuto nada más- Tibio.
-Pero vos me dejaste...
- Debiste esperarme- Aún tibio. Lo volví a abrazar, sentí el sabor del odio mezclado con amor, "bittersweet" (agridulce), diría un amigo. No era el cálido y maternal abrazo de la tetona, pero me bastó.
Odiaba las callecitas empinadas y angostas que antes había admirado en Toledo. "Tengo que dejar de fumar...Dios si salgo de esta te prometo...". Ahí estaba de nuevo el depravado...
-¡Mirá!- Apareció de la nada sonriendo, mostrando orgulloso su colgajo rosado.
Alcancé a gritarle ofendida un ridículo- ¡Idiota!- mientras corría en otra dirección. No entendía cómo en las películas las mujeres asustadas gritaban desaforadas, no me quedaba ni un gramo de voz para sacar de adentro. Estaba cerca del muelle y ya aparecían casas bajas que descendían en el empedrado, tendría que tomar una decisión: o entraba al pueblo o seguía corriendo hasta el puerto. Igualmente a nuestro amigo le encantaban las sorpresas, y surgía como pesadilla; de la nada e inexplicable. Estaba a mi favor que los pantalones por las rodillas no permiten mucha destreza, pero ahí estaba de nuevo: como un payaso de la caja, sonriendo y mostrando su tesoro...
En medio del espanto divisé a un grupo de dos chicas y un pibe, que iban cantando en inglés bajando la calle por la que yo corría, directo a ellos. Me aproximé sintiéndome salvada.
- ¡Ayúdenme! Help me!- Se acercaron. Una rubia tetona, cara de alemana, otra de pelo oscuro y ojos azules, el chico iba en el medio abrazado a las dos.
-¿What´s the matter?(¿Cuál es el problema?)- me dijo la tetona intentando consolar mis lágrimas con su pechuga.
- I had a fight with my boyfriend, he left. Im looking for him, I was walking towards the harbor..and...and (Tuve una pelea con mi novio y lo estaba buscando, y....)- ¿Cómo explicaba en inglés que un depravado maldito insistía en mostrarme su sobrevalorado pene? - ¡A man came out of nowhere, naked! ¡He is following me! (¡Un hombre desnudo salió de la nada y me está siguiendo!)-
-¿ Where is he? (¿Dónde está?)- me preguntó insistente el chico al cual le había interrumpido su prometedor "menage a trois". Comenzó a buscarlo (¿querría sumarlo a la fiesta?) como héroe de acción bien dispuesto.
Las chicas decidieron abrazarme entre las dos, sentí el cálido refugio como lo mejor del día, quería quedarme con ellos, lo que fuera antes de volver a tener que caminar las penosas e infinitas cuadras nuevamente.
-¿ Where are you staying? (¿Dónde estás parando?)- Preguntó la de ojos azules que no dejaba de acariciarme el pelo.
- In the Sol Meliá Hotel, I think is thirty blocks from here, I´ve been walking all night (En el hotel Sol Meliá, creo que está a treinta cuadras de acá, estuve caminando toda la noche...báh... exageré... un poco)-Temblaba y encima debía practicar mi oxidado inglés de instituto.
Decidí volver al hotel, pero no tenía un centavo (normalmente sucede cuando: 1) sos pendeja 2) salís con un psicópata que quiere dominar todos los aspectos de la relación, incluso y sobre todo: la guita, aunque sea tuya también 3) sos una boluda y salís sin un mango)
El inglés regresó desanimado, sin éxito, de la búsqueda, nuestro amigo había desaparecido misteriosamente.
La tetona sacó una pesetas, llamó a un taxi en la avenida cercana y me metí intentando mostrar agradecimiento por sobre el miedo. Lamenté no pertenecer a ese trío cariñoso y olvidarme de todo, lamenté no estar en Buenos Aires, siempre por donde caminás hay alguien o, por lo menos, los depravados son de la misma nacionalidad.
Cuando llegué al hotel descubrí una taza de café en la baranda del balcón al que daba la puerta de la habitación. El resto de café que quedaba estaba tibio. Me sentía Hércules Poirot tratando de conseguir las pruebas del retorno del imbécil. Pero, si lo había hecho, seguramente se había vuelto a ir: la habitación estaba como cuando la dejé. Sólo me tiré en la cama y comencé a llorar desconsolada, era una descarga, las imágenes pasaban rápido: el boludo gritándome y cerrando la puerta, el depravado; su aparición y desaparición abrupta... Estaría en algún rincón masturbándose con la imagen de la estúpida caminante que le gritó "¡Idiota!". En lo mejor del deliro desbocado entró. Su preocupación se transformó en enojo cuando no le respondía qué me pasaba y seguía llorando. Traté de coordinar las palabras...
- Un tipo....
-¿ Un tipo qué?....¡Vera! ¡Decíme! ¡¿Te hizo algo?!....- Gritaba desaforado, nunca había conocido a un gritón de su talla...
-Nnno...Era un exhibicionista- estaba sobándome las lágrimas, imaginaba mi naríz, colorada e hinchada.
- Eso te pasa por....- Ya venía el sermón.
- Me asusté, te fui a buscar...
- Vos estás loca...Salir a caminar. ¡Esto no es Buenos Aires! (chocolate por la noticia) ¿No te diste cuenta de que no hay nadie en la calle? ¿Eh? Todos van en auto, es peligroso andar por ahí, a esta hora.- No cedía. Seguía enojado.- ¿Y si te violaba? ¿Qué hubiera pasado con nosotros, con el viaje?- -Ya sé...
-Salí a buscarte, dos veces, fui hasta el muelle, viene par acá, me tomé un café, y volví a salir.
-Ya lo sé, me pareció ver el auto, dos veces...- Lo abracé. Frío, frío.
-No te vayas más, yo sé que me enojo, pero me dura un minuto nada más- Tibio.
-Pero vos me dejaste...
- Debiste esperarme- Aún tibio. Lo volví a abrazar, sentí el sabor del odio mezclado con amor, "bittersweet" (agridulce), diría un amigo. No era el cálido y maternal abrazo de la tetona, pero me bastó.
7 comentarios:
yo se que no es gracioso, pero me imaginé al exhibicionista como Pepe le Pu
Es gracioso!
Verita:
Nenaaa, qué pedazo de salame!
No, tonti, el exhibicionista, no!
Quedó claro que era chizito.
Hablo del pelandrún de tu ex.
Le pegás vos o me lo dejás a mí para que sublime?
Y yo que vos... me hubiera sumado al menage y de paso, hacíamo cuartetazo!
=P
Yo que yo también! Pero era otra yo en ese momento. Pero me sirvió mucho ...Cuando un paciente está con un psicópata, lo huelo a la distancia!!!!
Besos Cruellis!
La moraleja vendría a ser que no hay nada como el abrazo de una tetona entonces?
Noe:::
jajajaja...fue como maternal para mí, para el inglés no creo, o sí, qué se yo!...
Besos!
Verita:
Marche un Edipo pal señor anglosajón.
=P
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